En breves instantes va a comenzar la carrera. Ya rugen motores. Frankenstein está dispuesto a pisar el acelerador, seguido muy de cerca por Joe Viterbo el Metralleta, Calamity Jane, Matilda, la reina de la esvástica, y Nero The Hero.
Esta especie de estudio sobre la violencia nos sitúa en un futuro que para nosotros ya pasó, el año 2000. La gente anda de cabeza por una carrera que se celebra a través de los Estados Unidos, transcontinental, asà la llaman. Los vehÃculos, equipados con armas de destrucción, y a velocidades endiabladas, sumarán puntos arrollando a civiles despistados, con la televisión como testigo. El vencedor, dará la mano al presidente, una figura mediática y todopoderosa. Mientras, los rebeldes intentarán impedir que se dispute esta carrera.
Un producto de serie b (rozando la z en ocasiones) producido por Roger Corman. Ya en las primeras tomas nos muestran el presupuesto manejado, escaso por decir algo. En un estadio abarrotado por el público, un fondo «pintado», nos muestra que se trata del futuro. El misterio que esconde la careta de Frankenstein, el protagonista interpretado por David Carradine, recientemente fallecido, se nos revela casi al comienzo de la cinta, decepcionando al respetable. El actor cumple con su papel, sin alardes. Sylvester Stallone nos muestra toda su faceta histriónica, en esta su primera pelÃcula con un papel de relevancia y de minutos. La frase de la pelÃcula sale de su boca: «Â¿Sabes, Annie? Hay muchas cosas malas que he hecho en esta vida, y tan sencillas como coger a alguien por el cuello y hacerle estallar el cerebro«. El plantel femenino sin duda es el que más destaca, por su belleza por encima de otras cualidades.
Tras unos primeros minutos desconcertantes la pelÃcula va cogiendo fuerza, y los toques de humor son de agradecer, aligerando los minutos de proyección y resultando un filme entretenido, para algunos un clásico del género de carreras. Quizás es más un remedo de los autos locos, con sus buenas dosis de violencia. Lo peor, los últimos minutos, con un desenlace precipitado y absurdo, nuevamente desconcertante. La voz en off de los creditos finales, hablándonos de la violencia en el género humano, no vienen mucho a cuento.
Dirige Paul Bartel (1938-2000), que al año siguiente volverÃa a contar con Carradine en Cannonball! (no confundir con los locos del Cannonball de 1981). Su pelÃcula más conocida serÃa ¿y si nos comemos a Raúl?. Su carrera como actor fue más prolÃfica.
Death Race cuenta con un remake dirigido por Paul Anderson en 2008 y protagonizado por el experto en artes marciales Jason Statham. Esta actualización cuenta con una parte técnica impecable y un guión más trabajado, por lo que es superior a la cinta original (aunque quizás no sean tan divertida).
No conozco el remake, con este me divertà la mar… y un nieto mÃo de doce años, también!
Para mi el encanto de esta no lo tiene el remake ni de lejos, pese a que me pareció entretenida.
La vi de adolescente y me voló la cabeza, con mis amigos pasamos dÃas hablando de la peli. La volvà a ver hace un par de semanas, tras unos 20 años y me reà mucho.