En 1908, el Profesor Claudius Cifrielis (izquierda en la foto), residente en el barrio de Coopers en Broomfield, Colorado, recibió noticias del hallazgo de un platillo enterrado en el jardÃn de su vecino. Con la ayuda de los hermanos Manfrieds, y de otros anónimos voluntarios, consiguieron desenterrar la nave, y además la abrieron como si de una lata de sardinas se tratase.
La criatura se encontraba sin sentido, y raudo la llevó al cuarto más apartado de su hogar. Allà consiguió reanimar al pequeño a base de aplicarle corriente eléctrica en las antenas. Con todo, en ningún momento consiguió ningún tipo de comunicación verbal con el extraterrestre.
Howard Picker (a la derecha), enviado del gobierno, permitió al profesor tomar la foto para que este mantuviese un recuerdo de la anécdota, y acto seguido se llevó al marciano (¿?) a las instalaciones gubernamentales  para su descuartizamiento y posterior estudio. Por aquellas fechas aún no se habÃa creado ningún comité para el estudio de ovnis y todo se hacÃa a la ligera. Cuentan que el ser no llegó a su destino al volatilizarse al contacto con un charco de agua.
Jaja, que maravilla!!! No se de donde habrá salido la foto pero va a mi disco duro.
Saludos!!
¡¿Pero qué Claudius ni qué niño muerto?! ¡¡El anciano de la foto soy yo!!!
Cierto, no lo querÃa decir porque pensaba que era un secreto…
Saludos, amigos.